La marea fascista en España faltó a la cita, al menos por ahora. Aunque el Partido Popular ganó el podio en votos y número de escaños, esto no le alcanza para formar gobierno por sí mismo ni en alianza con el derechista Vox. Mayores chances tiene el PSOE que podría formar gobierno si, además de la coalición izquierdista Sumar, logra la adhesión de algunas formaciones nacionalistas, como Esquerra Republicana, de Cataluña. Ante el panorama de inestabilidad política que deja la dificultad para formar un gobierno de coalición, es probable que la resultante sea una nueva convocatoria electoral.
Luego de la ola de derecha que barrió con el centroizquierda en las elecciones regionales recientes, en particular en la Comunidad de Madrid, han sido todo un giro los resultados obtenidos por el PSOE, que supera en número de votos y diputados lo registrado en 2019. A pesar de la feroz canícula por la que atraviesa Europa y España, la participación electoral aumentó en un 4 %. La posibilidad de un gobierno franquista declarado, PP-Vox, habría sobresaltado a un buen número de veraneantes. De cuño franquista ambos, un gobierno de derecha habría quedado condicionado a la extorsión de la fracción de ultraderecha. Esto explicaría que el PP anuncie que pretende formar gobierno de todos modos, para gobernar mediante un acuerdo no oficial con el PSOE, lo cual suponemos que sería rechazado sin más. Pedro Sánchez cree que se le ha ofrecido al PSOE la posibilidad de mejorar su votación y de gobernar con el menor número de aliados.
En el contexto europeo, el resultado español se desvió muy poco el domingo último del ascenso de la derecha en Italia, Francia, Portugal y, en especial, Alemania. La socialdemocracia y el centroizquierdismo han sido útiles para meter a Europa en la guerra de la OTAN, pero ya no lo son tanto ante el impasse en que ha entrado la guerra y la perspectiva de una escalada militar. Polonia está operando para entrar en la guerra contra Bielorrusia, en función de un antiguo objetivo de la derecha polaca que es la anexión de Lituania y Ucrania, ahora disfrazado de Confederación, que sirva como variante secundaria de un ingreso de Ucrania en la OTAN. El electorado español sufre la presión de la ofensiva derechista contra la inmigración de Asia y de África, así como la sensación de que la época de la ‘bonanza’ de la Unión Europea se ha acabado.
Si quiere evitar nuevas elecciones, Pedro Sánchez deberá hacer frente a los reclamos para liberar a los presos de Cataluña y a rediscutir el problema de la autodeterminación. De otro modo, aunque consiga la adhesión de algún partido catalán o vasco, el compromiso sería de corto vuelo. Luego de las grandes manifestaciones contra Macron, Europa ha entrado en el último tramo de la calma que anuncia tormentas.